domingo, 23 de junio de 2013

Correcaminos


Hay personas que nunca están donde debieran. Se pasan la vida sustituyendo unos lugares por otros, dando vueltas por un laberinto de espejos. ¿De qué huyen? Sospecho que de su propio yo, del núcleo de su vida. Se nota porque prefieren lo periférico a lo central. Son esas personas que prefieren a los amigos antes que a la familia, a los conocidos antes que a los amigos, y así sucesivamente.

También se nota en que, si por azar alcanzas el estatus de "amigo" suyo, parecerá que están a tu lado, pero a la hora de la verdad dan un misterioso paso atrás. Cuando los necesitas, de repente otra persona (a la que apenas conocen) los necesita muchííiisimo, o ha surgido algo importantíiiisimo (algo que tú, su gran amigo, desconocías), o de repente les viene muchíiiisimo trabajo. Evidentemente, en cuanto "el peligro" (tú, tu necesidad de apoyo) ha pasado, aquellas importantíiisimas personas o quehaceres que habían salido de la nada, vuelven tranquilamente a ella.

¡Enhorabuena! Cuando tu amigo correcaminos te trata así, es que por fin te considera algo valioso en su vida.

Sarcasmos aparte, sí, hay un momento de decepción. Pero bien mirado, este momento se pasa cuando comprendes que él nunca estuvo ahí; tú solo eras un simulacro, el espejo de otro asunto del cual venía huyendo, algo verdaderamente importante en su vida y que, desde luego, no eras tú.

No hay comentarios: